Título: Los Gatos Guerreros (La nueva profecía): MEDIANOCHE
Autor: Erin Hunter
Editorial: Salamandra
Nº de páginas: 284
Precio: 13€
ISBN: 9788498385939
Sinopsis: Tras la decisiva batalla contra el Clan de la Sangre, los cuatro clanes viven una época de relativa paz y prosperidad. Sin embargo, el Clan Estelar vaticina un nuevo desastre de proporciones inimaginables, y lo hace a través de una profecía enigmática, casi un acertijo. El tiempo corre en contra de los gatos y hay una sola manera de encontrar la respuesta: los clanes deben superar sus diferencias, unirse y enviar una expedición de cuatro valientes a un arriesgado viaje por territorios hostiles en busca de un lugar <<donde se ahoga el sol>>, pues sólo allí les será revelado el verdadero alcance del misterioso peligro que amenaza la supervivencia de la comunidad felina.
¡Muchas gracias a Boolino por el ejemplar!
Hola pequeños adictos, esta vez os traigo la reseña del primer libro de la segunda saga de Los gatos guerreros. Esta segunda saga recibe el nombre de La nueva profecía, y el primer libro se llama Medianoche. Bien, una vez hechas las presentaciones podemos empezar.
¡Atención, puede contener spoilers de la primera saga, si no la has leído y tienes intención de hacerlo no sigas con esto!
Lo primero que hay que saber es que hay
cuatro clanes: el Clan del Trueno, el Clan de la Sombra, el Clan del Río y el Clan del Viento. En la saga anterior hubo unas disputas entre ellos y unas batallas que acabaron con una tregua que mantiene la paz entre los cuatro. El libro comienza con una reunión de miembros del Clan Estelar, es decir, con miembros fallecidos de los distintos clanes. En dicha reunión eligen a un gato de cada clan para llevar a cabo una
misión decisiva para la supervivencia de todos. A cada elegido le comunican que debe llegar al lugar "donde se ahoga el sol" y escuchar a medianoche, pero claro, con tanta precisión...los pobres gatos andan un poco perdidos. Tras vueltas y vueltas creen desvelar el significado de la profecía y
deciden ponerse en marcha y partir hacia el lugar indicado, sin saber muy bien si hay acertado o no y, por supuesto, sin decir a nadie donde van ni por qué.